lunes, 24 de junio de 2013

De la Poborina a Linares de Mora...

La Sierra de Gúdar en todo su esplendor

Buscando entre todas las imágenes alguna evocación que me arranque dos ideas hacia la inspiración, me he acordado del principio de superioridad pictórica. Un fin de semana plagado de encuadres e impactantes actuaciones me relaja la mente y me abstrae el pensamiento hacia cómodos recuerdos preciosos contemplativos.

Las palabras cuestan más que las imágenes. El mundo y nuestros sentidos están concebidos sobre todo para la experiencia visual. Somos luz y rayos multicolores.

Luis y Javier en Jorcas, siempre subiendo y bajando

El texto solo es el relleno de los espacios fotográficos con alguna idea fugaz que acompaña a nuestras siluetas. Un esfuerzo para intentar hacerle caso a Miguel Sánchez cuando dijo en su Pecha Kucha de Teruel que al menos una hora a la semana hemos de dedicarla a ser creativos, aunque nos cueste ponernos a ello.

Equilibrio inestable en Gúdar...


Poborina, Jorcas, Gúdar, Linares de Mora forman un compendio de pequeñas grandes cosas que se apelotonan en un conjunto de sensaciones múltiples de diferentes texturas, sabores y destellos. Todas ellas nos llevan de un lado a otro sin focalizar un preciso instante en el que parar. De las músicas del mundo, a las areniscas del Weald, de los bivalvos cretácios a los primeros estratos del Jurásico plantados sobre el río Linares. Subir, estar, disfrutar, sentirte parte de un mundo que fluye y que late, parte de una naturaleza que te acoge como un trocito de sí misma, sin ella no somos nada ni nadie. 

Los Cantos dominan el paisaje de Linares de Mora 
La tranquilidad del Cerro Brun remata la tarde


lunes, 10 de junio de 2013

Presentaciones 100 puntas junio...


Viernes 14 de Junio,  PechaKucha Night Teruel

20:20 horas - Espacio Luvitien

Pecha Kucha TERUEL


Teresa Alquézar nos hablará de “Prados del Colono” o cómo cultivar arroz bomba en Valmuel, Marcos Valle se traerá a sus “Zombies y Princesas” a contarnos cómo se hace para convertir un hobbie en tu profesión, Isabel Bertolín de Sarrión con sus pequeñas obras de arte a explicarnos cómo nació “Plexi10-bijouterie” , Luis Torrijo y Javier Magallón con cuerdas y mosquetones nos hablarán de proyecto de escalada en la provincia de Teruel, Silvia Guillén de “Galería Alternativa” nos acercará a todos el arte de una forma inusual, Diego Álvaro nos explicará a través de sus fotografías la unión que existe entre Abené, poblado de Segenal , y nuestra tierra; Marina Ferrando y su proyecto de ilustración con carácter muy personal, Jesús Varela nos descubrirá qué se cuece en el observatorio astrofísico de Javalambre, Águeda Félez nos explicará cómo la pintura se ha convertido en su forma de expresión a través de sus dibujos acompañados de poemas, Miguel Sánchez desde Ontinyent y su curioso proyecto “Catalizadores de sueños”, Claudi López y su pasión por el retrato social mezclado con diferentes técnicas.


Y también el jueves a las 20:30h
Club de Montaña Cuatrineros en Escucha



Explorando de nuevo viejos lugares de escalada

(Foto: Uge Fuertes)
No había forma de acordarme del nombre con el que tanto me costó bautizar a la maravillosa vía que equipamos hace ya 20 años en la inmediaciones del Salobral de Rubielos de la Cérida. Aún así me apetecía mostrársela a Javier y aprovechar para escalar una pequeña punta vecina. En aquellos años andábamos locos por encontrar un nombre chocante y divertido para las vías que equipábamos, casi le dábamos más importancia a esas nóminas que al itinerario en sí, pero lo cierto es que el paso del tiempo borró las palabras mucho antes que las piedras y lo que ellas significaban.

Ayer todavía estaba allí erguida, desafiante. Una ruta con placas muy lisas y verticales y extraplomada a tramos aunque con cantos, recuerdo que la gradué como 6b, 18 m con 5 spit y la reunión. Encadenarla era algo maravilloso por aquel entonces para mí. Y todavía sigue ahí, con su agujero más profundo colonizado por una pequeña colmena de abejas que la reclaman como su casa si intentas ascender por ella, defendiéndola hasta la muerte como si se estuviese quemando.
(Foto: Uge Fuertes)
(Foto: Uge Fuertes)





















¡Ahora lo recuerdo! También por aquellos años se anunciaba en televisión un spot publicitario con el eslogan  "Todos contra el fuego", por eso cambié la última palabra por "clero", es cierto, no era tan mal nombre aquel juego de palabras.

lunes, 3 de junio de 2013

Moviendo la pelvis en Pitarque...

 Los mallos de la Peñarrubia dominando el espectacular cañón del río Pitarque.

Dicen los astrónomos que a la Tierra todavía le quedan de vida casi tantos años como ha vivido hasta hoy, es decir que  aún no ha alcanzado la mitad, que seguirá existiendo otros 5000 millones de años más en este mar infinitamente vacío donde la estrella más cercana a nuestro astro rey está ya a 4,3 años luz y desde donde podemos apreciar en noches de cielo limpio a ojo desnudo, luz proveniente de lugares tan lejanos como Andrómeda nuestra galaxia vecina, cuyos rayos partieron de allí antes de que el hombre actual poblara la tierra.

Abstraídos en el alcance de estos pensamientos inabarcablemente incomprensibles nos inducimos a reflexionar sobre la fugacidad de la vida y la pequeñez de los espacios que habitamos.
La de ayer fue una singular ascensión a una pequeña e impredecible punta en un momento clave cuyos breves instantes fueron, sin duda, cruciales en nuestras vidas.  



 Investigando la vía antes de comenzar a escalar...

El escenario fue Pitarque, un pequeño pueblo apartado y aislado en medio de otro mar de laderas empinadas y montañas escarpadas atravesadas diametralmente por el cañón del río que le nace en sus entrañas y con el cual comparte nombre. Todo el que se haya acercado hasta allí habrá vuelto impresionado con las altas paredes de caliza cretácica que jalonan el caudaloso curso fluvial. Nosotros ansiábamos alcanzar allí alguna de esas islas rocosas que han quedado separadas del resto por efecto de una erosión diferencial y que como mojones marcan auténticas perspectivas de centinela.

Pocos caminos encontrarán los amantes de lo inaccesible allá donde vayan, porque hacia estos mallos de la Peñarrubia u otros similares nunca se dirigieron los humanos para sacar rentabilidad en algo provechoso ya que no advertían más que piedras astilladas en lajas de las que van sobrados en este valle. Tan solo una acequia abandonada, la de la Sargatilla, recorre la base de la ladera y puede servir de guía tal y como lo hiciera con el  recorrido artificial y ancestral del agua extraída del cauce natural para ser conducida a lugares de labor donde nunca llegó otro riego que el del cielo.


Providencial puente de roca en mitad de la inestable y peligrosa pared.


Llegamos poco antes de las diez. La mañana era demasiado fría para un soleado día de finales de primavera.  La pareja de rocas puntiagudas que veíamos desde el pueblo y ahora contemplábamos de cerca imponían menor respeto del que creíamos desde lejos, aunque su silueta, separada por un bloque ciclópeo empotrado entre ambas, siguiera siendo perfecta.

Siempre hemos asegurado que la clave del éxito o la derrota es elegir el itinerario adecuado a nuestras posibilidades. Alzarse sobre la cumbre puede parecer fácil a veces pero nunca estará exento de riesgos.


 Cara sur de los peñascos con el característico bloque empotrado.

Como las chimeneas y los estrechos entre rocas siempre parecen lugares más protegidos, decidimos iniciar la escalada subiéndonos al bloque empotrado alzado cinco metros sobre la base de ambos mallos y que permite acceder a una repisa donde nace la canal más evidente que puede llevarte a la cima. Pero en la vida nunca se logra adivinar donde se halla escondida la próxima trampa tras el recodo en el camino, de hecho casi todos los damnificados en cualquier accidente aseguran que les ocurrió cuando menos lo esperaban.

Un agarre que parece bueno y sobre el que ejercemos tracción para subir todo nuestro cuerpo, puede ser en realidad una roca mal cohesionada apunto de resquebrajarse cuando aún no has colocado el primer seguro y se convierte así en una aliada traicionera con ansia de venganza.
La gravitación universal de Isaac Newton siempre llama hacia sus entrañas a los más incautos. Inestabilidad, gritos, miedo, golpes, dolor y sangre. Una caída aparatosa y el anuncio de un espectáculo dantesco antes de intentar mover al herido provocan el amanecer del pánico y las terribles dudas sobre cómo evacuar a un accidentado de un lugar tan recóndito y escarpado al que no hay acceso fácil ni aun estando sanos.



Tras unos minutos de quejidos e intentos por incorporarse, milagrosamente solo aparecen magulladuras y heridas superficiales de los choques contra las rocas puntiagudas que amenazaban como cuchillos. Poco a poco vuelve la movilidad y en la exploración en detalle no se ve nada grave. ¡Podría haber alegría mayúscula y jolgorio exuberante por la suerte corrida tras el impacto! Pero se cierne nuevamente sobre nosotros esa reflexión eterna sobre la fugacidad de la vida y la pequeñez de nuestros cuerpos, sobre la fragilidad de la alegría y la cercanía permanente, acechante y siniestra de la catástrofe. Solo pasadas unas horas seremos capaces de apreciar lo que realmente tenemos, lo afortunados que somos y lo importante que es saber disfrutar de ello mientras el último aliento de vida y la suerte nos lo permitan, la importancia de saber dar la espalda a los malos presagios sin caer en agobios proteccionistas y conservadores, haciéndole un corte de mangas con sonrisa al materialismo capitalista que intenta vendernos continuamente el fracaso como estilo de vida para someternos.

No nos vamos sin antes limpiar la vía, como mandan los cánones...

A partir de hoy nada humillante de lo que puedan decirnos podrá perturbarnos, el universo es lo suficientemente grande como para hacer despreciables a los que lo intentan.