domingo, 8 de febrero de 2015

Tras las huellas del hielo turolense...

La Tamborera congelada
Tras las huellas de nuestro ansiado hielo por todos los rincones de la provincia...

¡Aleluya!¡San Maldonado ha oído nuestras plegarias y nos ha traído una semana de agua, nieve y hielo a Teruel! 
Con estos cánticos atardecíamos el pasado viernes en las laderas umbrías de la sierra de San Just dispuestos a recorrer las cascadas congeladas de su
s barrancos detenidas por la helor.
Con este panorama por aquí ¿quién necesita subirse a Telera o a Bielsa? Muchos montañeros de capital nos afirman que la orografía de Teruel es pobre, poco abrupta, que nuestras montañas y barrancos son muy pequeños. Pero mirándolo bien, ni siquiera el Pirineo, al que tanto adoramos y admiramos, puede considerarse como una gran cordillera. ¿Qué dirían un suizo, un peruano o un nepalí? Hasta el Everest se queda pequeño si se compara con el monte Olimpus del planeta Marte, que con sus 21000m de altitud deja a la altura de sus zapatos al orógeno terrestre más prominente.
La belleza, la alegría y la felicidad sólo están en los ojos de quien sabe verlas realmente. El deseo nos puede.
Aún así no influyen nuestros anhelos en la meteorología, así que sólo lo aprovechamos tal como viene. Nos resulta más cómodo y placentero esperar con júbilo el advenimiento del frío, que rezar con fastidio para que se pase.
Pero tanta excitación en esa espera tan ansiosa unida a la exaltación escénica, unas cervezas y dos cafés no nos dejan dormir. ¿Locura? ¿Episodios hipomaníacos? ¿Estamos enfermos? Quizá los apasionados, que llevamos nuestros sueños al extremo, nos olvidemos de que existen más realidades posibles en nuestra propia vida, pero cuando estamos inmersos en nuestras ilusiones nos es imposible pensar en otra cosa y pase lo que pase tenemos que hacer lo que hemos planeado.
 
Buscando trufas entre la nieve.                                             
Como no encontramos nada vertical hemos girado las fotos y en paz.                 
Carámbanos de hielo en Adobas

Ahora bien, el hielo no es un juego que se pueda practicar con ligereza y sin precaución. No es una actividad meramente lúdica que deban llevar a cabo los más incautos como si estuviéramos de primavera. La simple espera a que suban otros nos puede llevar a situaciones de hipotermia en la que nuestros músculos no responden. La fragilidad del basamento al que nos agarramos y el manejo de unas herramientas afiladas poco habituales hacen de esta actividad algo muy peligroso a la vez que maravilloso, fotogénico y fugaz. Nosotros esta vez salimos airosos e ilesos de la quema.
 Cascada del Arquero en Puertomingalvo

Cómo nos gusta recorrer palmo a palmo esta provincia...
 
Manolo en la gatera de La Taba
Casa árbol en la Torre del Prau
Esperaremos pacientemente la próxima "ice age" turolense...



1 comentario:

  1. Hola! Gracias por la información! !

    La cascada dela arquero no estaba practicable? No pinta mal las fotos,no?

    Un saludo

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