miércoles, 2 de mayo de 2012

Nuevo éxito

EL MORICACHO DE CALOMARDE

             Javier Magallón, Luis Torrijo, Manolo Soriano y Mizar Torrijo en la cumbre.  (Foto: Marisa Salesa)

“¿Y si cuando lleguemos hay ya una línea de parabolts hasta la cumbre?” comentábamos mientras nos acercábamos por la cornisa este, al otro lado del impresionante arco que la atraviesa.

Habían pasado demasiados años y cualquier cosa era posible, el periodo suficiente para que un bebé nacido aquel mismo día hubiese alcanzado ya la mayoría de edad. Y fue al llegar al pie de vía cuando divisamos el brillo de las chapas. Había sido escalada de nuevo y equipada nada más y nada menos que con parabolt de 12 mm. Cualquier puritano de la escalada clásica hubiese rabiado al ver aumentada la seguridad del itinerario, porque como dicen ellos se ha eliminado el grado de exposición, pero yo, como posible aperturista a la primera del Moricacho, me quito el sombrero y brindo con los equipadores. La tradición es enemiga de la evolución. Aquella línea peligrosa que se metía en la acampanada y estrecha chimenea superior sin apenas grietas donde protegerse, tiene hoy una alternativa segura que te lleva hasta la cumbre por el espolón contiguo más evidente y sencillo. Aún así cada uno es libre de subir como quiera y por donde quiera, sin necesidad de criticar ni de utilizar lo que otros han dejado en la pared. Nosotros como siempre utilizamos el camino más fácil, una preciosa vía a una punta inolvidable perteneciente al jurásico de la sierra de Albarracín.

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