Los 1.264 mts. de altitud de esta pequeña aldea de Cervera, situada sobre un afloramiento rocoso que cierra al norte una amplia depresión erosiva perteneciente a la cabecera del río Las Parras, permite en algunas ocasiones, pocas, la formación de cascadas heladas. Esto solo sucede los días de invierno en los que el capricho de la naturaleza nos regala el frío necesario para que sus frágiles estructuras, estalactitas y hongos de hielo no se fracturen cuando introducimos las puntas de nuestros piolets para elevarnos poco a poco, paso a paso, sobre el líquido elemento congelado. Un dudoso pacto hombre-agua.
Llegando a Cervera del Rincón a -11ºC y con mucha nieve en la carretera
Nos encontramos el barranco congelado. Virgen, luminoso y espectacular !!!
Javier picando hielo en los diferentes resaltes solidificados
Luis saliendo a la reunión
Resalte de hielo a 90º. Conseguido!!!
Aunque esta semana venimos ya entrenados. Unos días escalando en Bielsa con Pili Catalán también nos ha dado el empujón y la confianza que requiere este tipo de escalada tan delicada e inestable.
Pili Catalán abriendo una línea de hielo en Bielsa (Huesca)
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