Desde
arriba se divisa un paisaje espectacular, con el incomparable azul de los cielos de Teruel
como techo. Estamos a 1600m sobre el nivel del mar y toda la cuenca alta del
Mijares se abre a nuestros pies con la preciosa imagen de un pueblo medieval
como Mora de Rubielos por atalaya. Seguimos visitando comarcas buscando puntas
a las que encaramarnos, conociendo lugares, paisajes, gentes e historias que
contar. El nombre de esta maravillosa punta nos lo facilitó un antiguo
trabajadorde la torre de incendios que hay las inmediaciones, septuagenario ya y muy buen conocedor de la zona.
A poco más de un kilómetro de
donde hemos protagonizado nuestra última aventura con la conquista de la cumbre
del Frailón a través de sus 21,43m de cuarto grado por su cara norte, acaeció
también una escalada pero no deportiva sino de violencia hace ahora 65 años.
Según nos cuenta José Ramón Sanchis Alfonso en su extraordinario, extremecedor
y escalofriante documento histórico “Maquis: una historia falseada”, un grupo
de la Guardia Civil
fusiló en el barranco del Arco a diez acusados por su presunta colaboración con
la Guerrilla. Estos
formaban parte de los 22 detenidos de las localidades de Gudar, Aliaga y
Montoro de Mezquita para hacer “justicia” tras el ataque de los maquis a Gudar
el 29 de septiembre donde se asesinaron a ocho vecinos. Las autoridades
franquistas, con el recién nombrado gobernador civil Manuel Pizarro al mando,
querían dar un escarmiento a los guerrilleros matando como represalia al doble
de los caídos en 1947 en Gudar a manos del Maquis. (Nos hemos pasado 20 años
hablando de Puertohurraco como el paradigma del rencor y la venganza y la de
Gudar no fue ni mucho menos menor). El lugar ya no huele a sangre, polvora ni
venganza, pero conviene recordar nuestra cruda historia para que nunca vuelva a
pasar, como reza el cartel colocado al lado de Fuenarices en la entrada del
barranco del Arco.
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