... la última en Montoro, el Cavall Bernat... (foto: Marisa Salesa)
No hay que preocuparse por
nuestra intromisión en la escalada virgen de Teruel, todavía quedan muchas
puntas inalcanzadas. Porque lo que en un principio nos pareció imposible de
encontrar se ha convertido en una apertura expansiva hacia lo desconocido y
como en la ciencia cada descubrimiento ha desvelado diez nuevos escarpes
rocosos hasta entonces invisibles que invitaban a ser escalados.
Pensamos pararnos en 32, por aquello de representar la cantidad de piezas bucales de un ser humano adulto y sano. Al llegar ahí vimos que nos quedaba mucho por hacer y decidimos continuar hasta 50 y hoy podríamos continuar hasta mil, pero todo tiene que tener un buen final y acabamos de hollar el número coincidente con el título inicial. Por eso aquellos escaladores que pasadas estas 100 puntas deseen abrir nuevas rutas y sentirse pioneros al escalar una cumbre por primera vez, han de saber que en Teruel todavía lo pueden hacer, el Guadalope, el Matarraña, Gudar y Albarracín esconden entre sus sierras múltiples agujas que nosotros ya no subieremos, pero ojo el simple hecho de no encontrar rastro humano en una cima no quiere decir que jamás haya sido escalada. Marcar el territorio puede que solo sea cosa de escaladores modernos.
Nunca podremos asegurar que hemos sido los primeros en llegar a un determinado
lugar si no conocemos su historia completa, cosa que además resulta imposible.
Algunos historiadores afirman que a las costas de Brasil llegaron ya en el
siglo II a.c. los fenicios. Otros cuentan que los descendientes de Erik el Rojo
alcanzaron en el siglo XI las costas del actual Canadá y todos ellos se
encontraron con que allí ya había pueblos asentados que lógicamente llegaron
mucho tiempo antes que ellos, así que Cristobal Colón no fue ni mucho menos el
primero. ¿Quién se atreve a decir que no hubo un antepasado mejor, capaz de lo
que hoy consideramos imposible? Los hombres del siglo XX y XXI también creen
que su momento es el de máximo esplendor en todas las artes. Yo me limito a
decir que hay, ha habido y habrá escaladores mucho mejores que nosotros. Lo de
inaccesible era solo un adjetivo bonito y sonoro con el que quisimos adornar el
sustantivo de puntas, pero nada más.
Diferentes momentos de la aproximación
Pensamos pararnos en 32, por aquello de representar la cantidad de piezas bucales de un ser humano adulto y sano. Al llegar ahí vimos que nos quedaba mucho por hacer y decidimos continuar hasta 50 y hoy podríamos continuar hasta mil, pero todo tiene que tener un buen final y acabamos de hollar el número coincidente con el título inicial. Por eso aquellos escaladores que pasadas estas 100 puntas deseen abrir nuevas rutas y sentirse pioneros al escalar una cumbre por primera vez, han de saber que en Teruel todavía lo pueden hacer, el Guadalope, el Matarraña, Gudar y Albarracín esconden entre sus sierras múltiples agujas que nosotros ya no subieremos, pero ojo el simple hecho de no encontrar rastro humano en una cima no quiere decir que jamás haya sido escalada. Marcar el territorio puede que solo sea cosa de escaladores modernos.
Diferentes momentos de la escalada
Después de ascender por segunda vez al torreón natural del Puentecico de Cirujeda, perteneciente a la formación Órganos de Montoro, en el que creíamos poseer la primera ascensión, pude comprobar como semienterrados en el suelo de la cima había trozos de cerámica antigua. Quién los puso allí, con qué motivo y cómo subió es algo que se nos escapa, pero lo que es cierto es que en algún momento un humano lo hizo mucho antes que nosotros.
Registro de cumbre 1ª ascensión, Ricard Darder y Armand Ballart en septiembre de 2004
Nuestro propio registro de cumbre 2ª ascensión, Luis Torrijo y Javier Magallón en octubre de 2013
maquinones, que preciosa es esa punta y una vez mas ¿cuanto estan tardando en inventar el teletrasportador cuantico pa poder estar en dos sitios casi a la vez? jeje
ResponderEliminarEnhorabuena perseguidores de agujas; con vuestro recorrido habéis indagado en tan bellas comarcas de esta provincia que tanto me gusta.
ResponderEliminarPor mi parte, en su día ya os indique que hace la tira, escalé a una de las agujas de las Alhambras, donde encontramos cordinos abrazando el cono cimero. Como eramos jóvenes y mi compañero estaba enamorado, le pusimos Aguja Eva (la pintada todavía existe a pie de vía), cosas de la edad.
Lo dicho enhorabuena y saludos.
Las Alambras es una zona impresionante de escalada y un rincón único para descubrir. Como bien dices, todavía existe esa inscripción :)), espero que tu amigo aún continúe enamorado... Por su parte, esta pareja nos han descubierto nuevas vías en agujas imposibles al menos por lo que a mi respecta. Gracias por ello!!
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