La Sierra de Gúdar en todo su esplendor
Buscando entre todas las imágenes alguna
evocación que me arranque dos ideas hacia la inspiración, me he acordado del
principio de superioridad pictórica. Un fin de semana plagado de encuadres e impactantes actuaciones me relaja la mente y me abstrae el
pensamiento hacia cómodos recuerdos preciosos contemplativos.
Las palabras cuestan más que las
imágenes. El mundo y nuestros sentidos están concebidos sobre todo para la
experiencia visual. Somos luz y rayos multicolores.
Luis y Javier en Jorcas, siempre subiendo y bajando
El texto solo es el relleno de los espacios fotográficos con alguna idea fugaz que acompaña a nuestras siluetas. Un esfuerzo para intentar hacerle caso a Miguel Sánchez cuando dijo en su Pecha Kucha de Teruel que al menos una hora a la semana hemos de dedicarla a ser creativos, aunque nos cueste ponernos a ello.
Equilibrio inestable en Gúdar...
Poborina, Jorcas, Gúdar, Linares de Mora forman un compendio de pequeñas grandes cosas que se apelotonan en un conjunto de sensaciones múltiples de diferentes texturas, sabores y destellos. Todas ellas nos llevan de un lado a otro sin focalizar un preciso instante en el que parar. De las músicas del mundo, a las areniscas del Weald, de los bivalvos cretácios a los primeros estratos del Jurásico plantados sobre el río Linares. Subir, estar, disfrutar, sentirte parte de un mundo que fluye y que late, parte de una naturaleza que te acoge como un trocito de sí misma, sin ella no somos nada ni nadie.
Los Cantos dominan el paisaje de Linares de Mora
La tranquilidad del Cerro Brun remata la tarde
inspirados y pictoricos os veo poetisos de la montaña...
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