Nos ha costado ni se sabe, el juntar un par de días seguidos para venirnos hasta tierras del Matarraña a escalar. Lugares de ensueño al este de nuestra provincia, ya limítrofes con Tarragona y Castellón. Espectaculares paisajes por los que fluye el río que da nombre a su Comarca, testigos presenciales de siglos y siglos de historia.
Martes, 6 de agosto
Nos vamos para las Rocas del Masmut...
Según reza en el cartel señalizador a la salida del municipio de Peñarroya de Tastavins hacia el vecino Fredes, aprendimos que la palabra Masmut tiene su origen en "Mas del Mut" ("Mas del Mudo") o, según el escritor local Desideri Lombarte, en "Peña de los Mas Mudas", tribu nómada de origen árabe que pudo habitar la zona.
Escalamos la Agulla del Tossal L´Hereu, frente a las Rocas, el la cara oeste de la montaña que también le da nombre...
Y terminamos la tarde en Torre de Arcas...
Miercoles, 7 de agosto
Nuevamente el Masmut nos esperaba para comenzar el día. Y lo hicimos en la aguja que no hace mucho tiempo descubrimos en su cara norte. Una pequeña punta separada de las grandes moles de conglomerado, casi invisible desde la lejanía por la envergadura de éstas, pero que encajaba perfectamente en nuestro proyecto.
La "agulla", aunque aparentemente diminuta, apareció ante nosotros enorme y desafiante. Nos guardaba muchas sorpresas... graduada en artificial A2 y un solo spit en mitad del largo más exigente nos hizo pasar miedo ya desde la noche anterior.
Característicos bolos del conglomerado entre los que a veces, si tienes suerte, aparece algún puente de roca
Terminamos la jornada en Ráfales, subidos a nuestra punta 95, un número que aunque exhaustos por esta pareja de intensos días de escalada, nos hizo respirar tranquilos pensando en la tan ansiada cifra que vemos ya al alcance de nuestra mano.
el pollastrón ese es majo de verdad, y muy fotogenico...
ResponderEliminarSí Uge, de haber venido con nosotros hubieras disfrutado muchísimo de las impresionantes perspectivas, comprobando que la que algunos llaman cuarta provincia es otro Teruel. Allí empiezan las montañas de verdad. Los grandes cañones normalmente secos son como un león dormido y las agujas rocosas son puntas realmente inalcanzables.
EliminarTambién hubieras tenido la oportunidad de vernos padecer, muy cerca del máximo. La agulla del Tossal L´Hereu es, sin duda, lo más duro que hemos escalado nunca. Nuestro nivel límite está mucho más bajo de lo que exige esa vía, pero aún así a fuerza de tesón, rabia y mala hostia, exhalando las últimas gotas de adrenalina exprimidas en cada segundo consciente de peligro, conseguimos subir al filo de la navaja de aquella punta a cuyos lados estaba el vacío y en su centro la cuchilla de la tercera Parca que corta el hilo de la vida con solo caer sobre ella. En el Tossal L´Hereu fuimos unos desheredados.
Nos lo advirtió el dueño del bar:”-Este deporte sino te quita la vida no te quita la afición”-. Lo comparó con la tauromaquia, pero esta vez hemos sido víctimas y no verdugos. Hemos sido ese animal indefenso que no tiene nada que hacer contra su adversario. Ciegos, torpes y asustados, solo podíamos dar pequeños pinchazos de vez en cuando si encontrábamos la oportunidad de defendernos. Menos mal que la montaña no tiene tan mal corazón como un torero, de no ser así, no estaría contándote esto ahora.
Una vez en el suelo, la tarde fue de relax tras el intenso cansancio, una pequeña roca en Torre de Arcas camino del Xorrador en el río Bergantes al pie del límite provincial y una sesión crepuscular de escalada deportiva en Les Bruixidores (el lugar donde bulle el agua). Allí Miguel Ángel Lahoz equipó una vía de escalada para mí “El simpson de Monreal”.
Pero en el amanecer del día siguiente volvimos a “meternos en camisas de once varas”. Al igual que en los asaltos a castillos medievales nos situamos entre dos torres altas desde las que caían piedras sueltas sin cesar hacia nosotros. Cabras, nuestro propio paso, el viento, etc, hicieron de enemigos contra nuestra conquista a la aguja norte del Masmut, esos enormes mallos de conglomerado que le dan personalidad propia a Peñarroya de Tastavins.
Casi nos detuvo el paso aquella grandiosa sierra de Els Ports, macizo montañoso que sirve de intersección entre el Sistema Ibérico y la Cordillera Costero Catalana y que durante veinte millones de años, a lo largo de todo el Mioceno, bloqueó la Cuena del Ebro hacia el mar Mediterraneo. Pero la obstinación y tozudez que nos caracteriza, al igual que la red hídrica que nos da de beber consiguiera erosionar las montañas hace cinco millones de años para convertirlas en profundos valles, hizo que se abriese un camino difícil, pero exitoso, hacia la conquista definitiva y nuestra meta final.
animo que ya no queda na pa la meta. Por cierto que despues de ver tu respuesta a mi comentario me doy cuenta de lo escuetamente soez que puedo llegar a ser, jeje.
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